El amor verdadero nunca muere, el principio

Transilvania Siglo XVII, tiempo donde la inquisición y la Iglesia eran amo y señor de la antigua Europa. Donde existían leyendas de vampiros y cazadores. Tiempos muy oscuros en aquella época. Un semi-vampiro llamado Adrían, es perseguido por la familia Van Helsing, debido a que su padre fue Drácula por el cual fue asesinado por Abraham Van Helsing hace un siglo atrás. Ahora los descendientes de aquellos cazadores de vampiros, siguen su rastro y no descansarán hasta hacerle lo mismo que a su padre . Por otro lado, la Iglesia y la inquisición buscarán quemar en la hoguera a la inocente y hermosa Cristei, la amada de Adrían, acusada de brujería y de tener conexiones amorosas con el demonio. -Amor mío ¿Dónde has estado? (Cristei) -Merodeando por los alrededores de Transilvania porque ha llegado las noticias que la inquisición española vendrá por estos sectores. (Adrían) -¿Tienes temor que hayan descubierto sobre ti y tus orígenes provenientes de la familia de Drácula? -No temo eso amada mía, temo por ti. -Tengo miedo que ellos te descubran a ti y a nuestro hijo y los vayan a juzgar para luego llevarlos a la hoguera. -Eso sucedió hace casi 100 años atrás donde mi madre Elizabeth fue brutalmente asesinada por la maldita inquisición, la acusaron de brujería y la juzgaron, su veredicto final fue: quemarla en la hoguera. -Mi padre Drácula estaba muy lejos, buscando un lugar donde pudiéramos ir a vivir juntos lejos de Rumanía, en el campo cerca de Londres. -Yo estaba en la casa con mi madre jugando a las escondidas, ella tenía 23 años y yo solamente diez, de repente entraron a la casa un cardenal, un inquisidor y tres guardias, llevaron a mi madre por la fuerza y a mí me hicieron aun lado. -A ella le trasladaron a una mazmorra como a una criminal, luego fue llevada ante los jueces y muchos testigos en una sala donde fue juzgada, la acusaron de brujería y de tener lazos carnales con el demonio. -A Mí no me permitieron entrar, estaba al cargo de dos mujeres. -Luego desde lejos vi como la llevaban amarrada a un palo y mucha gente gritaba: ¡Bruja!, ¡Bruja!, que sea quemada en la hoguera la amante del demonio. -Ella estaba con lágrimas en sus ojos, maltratada y toda su ropa manchada de tierra. -Después de una caminata de diez minutos la amarraron en un tronco grande y empezaron a prender fuego, yo me solté de las dos mujeres que me sujetaban y fui corriendo donde mi madre, ella con sus ojos de mucha ternura pero a la vez de mucho dolor, me dijo unas últimas palabras: -Adorado hijo mío, no seas como los humanos, se distinto a ellos y perdónalos porque no saben lo que hacen. -Dile a tu padre que siempre lo amaré. -TE AMO MI PEQUEÑO ADRIAN. -Luego de eso expiró. -Amada mía, no tienes idea el dolor que sufrí cuando ella murió. Perdí al GRAN AMOR DE MI VIDA, aquella hermosa mujer que jugaba con su pequeño todo el tiempo, quien siempre dormía entre sus brazos y que expresaba un amor raramente visto en una mortal. -Ella era el AMOR EN SI MISMO, siempre vestía de rojo expresando lo que había en su precioso corazón. -Drácula cuando se enteró de aquello, se volvió loco y asesinó a todos los involucrados con la muerte de su amada Elizabeth. -Días más tarde, él me llevó a su castillo para entrenarme desde pequeño en las artes oscuras, cuyo fin era consumar su venganza contra toda la Iglesia Católica y especialmente contra Dios, mi padre blasfemaba en contra Él, acusándolo del porqué no hizo nada por salvar a su querida Elizabeth. -Décadas más tarde, un cazador llamado Abraham Van Helsing logró encontrarlo, ambos tuvieron una fuerte pelea, finalmente él asesinó a mi padre. -Por esas mismas décadas en mis años de soledad, sin mi querida madre Elizabeth y sin Drácula, conocí a una hermosa mujer muy parecida a mi madre y a ti mi querida Cristei llamada, “Elizabeta”, nos enamoramos y tuvimos un gran romance, luego de muchos años, la separaron de mí y la llevaron lejos. Yo me quedé solo otra vez destrozado el corazón. -Pasaron 20 años de profunda soledad y tú llegaste a mi vida, hoy por hoy, eres el GRAN AMOR DE MI VIDA y no quiero perderte. -Es por eso que tengo miedo de que la inquisición descubra que no solo tienes lazos conmigo, sino también que juntos engendramos un hijo, fruto de nuestro amor. -Te entiendo mucho amor mío, pero ten fe, nada de eso volverá a pasar, sabes que yo te amo sobre todas las cosas, mi querido Adrían. -Yo también te amo Cristei, siempre quedaré cautivado con tus ojos azules como el cielo azul en todo su esplendor. -Por eso te amo tanto Adrían, eres, único. -A propósito amor mío, ¿Dónde está Edward? -Está jugando con sus amigos. ¿Quieres que le traiga Adrián? -No, déjalo seguir jugando con sus amiguitos. Por otro lado, la inquisición estaba sospechando de los lazos amorosos que Cristei tenía con Adrían. -Nosotros los representantes de la Iglesia, hemos venido a esta maldita ciudad de Transilvania para averiguar que el vástago de Vlad Tepes Drácula, el maldito vampiro que fue destruido hace cien años atrás, tiene un hijo escondido en este lugar. -Sabemos que ha causado un sin número de muertes y a profanado la virginidad de muchas doncellas tanto aquí en Transilvania, en Londres y en nuestra querida España. -Y que con una de sus concubinas, ha llegado a tener un hijo y que también lo tienen escondido, camuflado entre los mortales. -Tenemos el apoyo de toda la Iglesia y de la familia de Van Helsing para dar con el paradero del hijo del demonio y su actual descendencia. -No descansaremos hasta encontrarlos y destruirlos. Entre uno de los presentes estaba el médico Atanase, amigo secreto de Adrián y Cristei. Él fue a advertirlos enseguida para que se cuidaran, que la inquisición y la familia Van Helsing estaban siguiendo muy de cerca sus pasos. Primero fue donde Adrían para contarle la noticia, mientras ellos dos estaban bebiendo un buen vino y a gusto con cuatro hermosas damiselas, antes de irse le expresó lo siguiente: -Adrían, te están buscando, están muy cerca de dar contigo. -No te preocupes Atanase, sé lo que va a suceder. -Me voy Adrían, pero conste que te advertí. Atanase se fue y Adrían se quedó con las cuatro damiselas a seguir bebiendo, luego iría al cuarto a hacer el amor con ellas en una noche llena de pasión. A los dos días siguientes, Atanase fue a donde Cristei, la amante de Adrían. Le advertiría lo mismo que le dijo a su amado. La Inquisición ofrecería 100 taleros holandeses y una total indulgencia plenaria por parte del Papado, a la persona que diera con la información exacta del paradero del vástago de Drácula. La noticia se corrió por todos lados, desde la antigua Hungría pasando por todos los pueblos de Rumanía. Una joven mujer escuchó la noticia, era la amiga íntima de Cristei pero solo en apariencia, ya que le tenía un gran odio porque el hermoso y apuesto Adrían por quien estaba profundamente enamorada, no se fijó en ella sino en Cristei. Sabía que esta era la única oportunidad de entregarla en manos de la inquisición y de una vez por todas eliminar a Adrían también. Ella dirigiéndose a la iglesia donde estaban los inquisidores delató a los dos. -Señores inquisidores y excelencias, he venido a poner una denuncia. -¿Qué denuncia viene a poner mujer? -Se dónde hallar al “hijo de Drácula” y a su amante. -¿Está segura de lo que dice?, el asunto es muy serio y estamos hablando del hijo del príncipe de las tinieblas. -Estoy muy segura de lo que digo, sus excelencias. -Yo soy amiga íntima de Cristei, su amante, conozco que ella tiene un hijo con Adrían. -¿El nombre del vampiro es Adrián? -Si, su excelencia. -Magnifico, llévanos enseguida a la casa de la amante del demonio. -¿Mi recompensa su señoría? -Se la daré cuando tengamos certeza de su denuncia. La Santa inquisición salió en ese mismo instante con algunos guardias reales a la casa de Cristei, su amiga quien la traicionó por envidia y celos, iba detrás de ellos. Horas después, llegaron a su destino, Cristei estaba con su hijo Edward, mientras que Adrían estaba muy lejos haciendo unas gestiones en el castillo donde vivió durante algunas décadas con su padre. Ella por instinto, se dio cuenta de la situación cuando vio que un tumulto de gente venía acompañando a dos inquisidores y a un cardenal. Enseguida escondió a su querido retoño en lo más profundo de una vieja bodega. -Hijito de mi corazón, ve escóndete en la vieja bodega, ahí no te encontrarán, toma esta bolsa de monedas de oro y cuando todo esto haya pasado, viaja a Londres, ahí tengo un familiar que te acogerá para que vivas en paz. -¿Por qué tengo que esconderme mamá? -No tengo tiempo de decirte ahora, pero escóndete lo más pronto posible. -Dile a Adrían que siempre lo amaré y que en una nueva vida nos volveremos a encontrar, “PORQUE EL AMOR VERDADERO NUNCA MUERE”. -Te amo hijito de mi corazón, no lo olvides. -Yo también te amo mamá. Con lágrimas en sus ojos azul del cielo, la inocente y dulce Cristei escondió a su querido hijo. Minutos después cuatro guardias reales tumbaron la puerta y prendieron enseguida a Cristei. Enseguida entraron los inquisidores junto con el cardenal para sacarla a la fuerza. La llevaron a rastras por un camino empedrado y la muchedumbre gritaba: -Ella es la amante del hijo del demonio, ¡quémenla! ¡Quémenla! -Es digna de muerte, la discípula de Satanás. La furia de la gente era parecida cuando años atrás hicieron lo mismo con Elizabeth, la madre de Adrían. Trágicamente la historia se volvía a repetir. Todos llegaron a las afueras de la Iglesia, Cristei gritó estas palabras: -¿De qué me acusan? El cardenal le contestó: -Te hemos hallado culpable de tener relaciones carnales con el hijo del demonio. -Que has llegado incluso a tener un hijo con él. -Esas son pruebas suficientes para acusarte de brujería y de prácticas obscenas con los demonios. -Por lo tanto nuestro veredicto es que mueras en la orca. La ejecución se dio y antes que el verdugo cortara la soga, ella exclamó diciendo al Cielo: -¡Dios mío!, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Después de decir estas palabras, el verdugo cortó de la soga y ella falleció. -Ha muerto la profana que tenía relaciones con el mal, decía la gente. -¡Dios ha condenado a la maldita al infierno! Las noticias se corrieron por toda Transilvania y justo en esos mismos instantes llegaría Adrían, sorprendido de ver a toda una multitud, se acercó a preguntar lo que estaba sucediendo. Un plebeyo le informó que acababan de ejecutar en la orca a una amante del demonio. Él con ojos de espantó le preguntó de quien se trataba. El plebeyo le contestó que el nombre de la joven hermosa de ojos azules era, Cristei. En eseinstante el alma se le fue al piso y en su desesperación no sabía qué hacer, pero luego de unos instantes fue a donde su amigo el médico Atanase, para decirle que tomara el cuerpo de su gran amor y se le diera entierro en un lugar secreto. Adrían con lágrimas en sus ojos le dijo así: -Atanase acaban de asesinar a mi gran amor, no puedo ir por ella porque enseguida descubrirían quien sería yo. -Te pido de favor que vayas por su cuerpo y la entierres en un lugar donde solo conozcamos nosotros dos. Continuará.....................