Capítulo XLIII-2

1763 Words

Había otro objetivo más oscuro que conseguir. Sikes sabía demasiado y sus insultos de canalla no habían dejado de molestar al judío por mucho que las heridas se mantuvieran ocultas. La muchacha debía saber bien que si lo abandonaba, nunca podría estar a salvo de su furia, que con seguridad caería (dejándole mutilado o quizá incluso quitándole la vida) sobre el objeto más reciente de su afecto. «Con un poco de persuasión —pensó Fagin—, ¿cómo no iba ella a consentir envenenarlo? En el pasado las mujeres han hecho cosas así, y peores, para conseguir el mismo objetivo. Así se habría ido el peligroso maleante —el hombre que odio—, se habría incorporado a otro en su lugar, y mi influencia sobre la muchacha, sabiendo de este crimen, sería ilimitada.» Estas cosas pasaron por la mente de Fagin dur

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD