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Entre el amor y la Muerte

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Blurb

La trama se desarrolla inicialmente en Seúl, es la historia de Alma una asesina en serie quién actúa conforme a sus propios intereses, es una asesina de élite, entrenada para hacer daño y desaparecer a personas importantes que se han metidos con las personas equivocadas.

Sin embargo, se encontrará en una encrucijada cuando tenga la orden de asesinar al amor de su vida, cuando deba apagar aquella vida que la hace feliz

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Capítulo 1
Cuatro siluetas se mueven en las oscuras azoteas de la ciudad de Seúl, la velocidad y agilidad con la que lo hacen es increíble, sus uniformes ajustados completamente negros acentuaban sus esbeltas figuras demostrando así que todas eran chicas además de que las vuelven invisibles en noches como esta, y es que su sigilo es increíble ya que no producen ningún ruido al moverse, sus ojos son lo único a la vista, y con la luz de la luna reflejándose sobre ellos se vuelven intimidantes. Sus sables portados a sus espaldas y algunos cuchillos en fundas sobre sus muslos torneados permitían saber lo peligrosas que eran, y el que se movieran en grupo y en patrones indicaban que buscaban algo. —¡Vamos! a que tanto esperamos, lo hemos seguido por media hora hasta aquí, solo da la orden y lo haremos, tu eres la líder—Una de las chicas se quitó la máscara que la cubría desesperada. —Es cierto, tenemos que hacerlo rápido enana porque después tendremos que inscribirnos a la universidad ahora son las dos, quiero dormir 7 horas por lo menos—La más alta de todas también se quitó la máscara para poder respirar mejor. —Tranquilícense chicas, primero tengo que informarle a Karmelo de que vamos a proceder—La líder igualmente se despojó de su máscara tratando de calmar a su equipo. —¿De nuevo?—La última chica se deshizo de su máscara dejando caer su rubia cabellera sobre sus hombros—Solo hagámoslo, si lo molestas de nuevo se enfadara. —Solo guarden silencio mientras lo llamo, para que terminemos con esto de una vez por todas. —Bien haz lo que quieras—Contesto la morena un poco molesta. La chica saco su celular buscando el número de su jefe, una vez lo encontró le llamó, escucho el teléfono sonar del otro lado tres veces por lo menos, pero nadie contestaba. —¡¿Qué quieres?!—Una voz masculina contesto finalmente y se escuchaba irritado. —Lamento molestarlo señor, pero tengo que avisarle que localizamos al objetivo. —Escucha bien, ya te dije esto una y otra vez, no me llames a menos que hayan terminado un trabajo, si vuelves a llamarme para nada entonces veras de lo que soy capaz, porque ya me empiezas a hartar—El hombre elevo su tono de voz colgando de golpe inmediatamente. —Te lo dije—Sonrió la rubia. Las cuatro chicas bajaron con cuidado del edificio, rodeando al sujeto entre las sombras, a esa hora las calles estaban casi desiertas y uno que otro auto pasaba por el lugar, esperaron el momento correcto y dos de ellas se colocaron frente a él empuñando sus sables. —Lo siento—Contesto el chico cuando golpeo el hombro de la más alta y volteo hacia enfrente dando un pequeño salto hacia atrás al ver los sables. —Yo también amigo—Contesto la morena. —Si quieren mi dinero se los daré—El chico saco su billetera mientras daba pasos hacia atrás. —Descuida no venimos por eso—La chica alta atravesó la billetera con su sable y la lanzo lejos. —Tu vida—Contesto la líder tras de él acompañada de la rubia. —No esperen, yo no eh hecho nada, enserio, pero por favor no me hagan daño—El chico se dio la vuelta para mirar a las otras dos. —Sabemos que tú eres el líder de una red de prostitución para menores, así que no volverás a causar daños, nunca más. —No, eso no es cierto, debe ser un error, yo solo soy un ejecutivo, deben creerme. —Eso dicen todos cuando están a punto de morir—La chica miro a la morena—Acaba con este bastardo. —Sera un placer—La chica morena dio una fuerte patada en la parte trasera de la rodilla del chico haciendo que se hincara sobre su pierna derecha, rápidamente tomo su nuca con una mano y con la otra lo tomo de la quijada dando un fuerte y brusco tirón con ambas manos, consiguiendo así romper su cuello y cayendo muerto al suelo. —Bien vámonos a casa, terminamos—La líder las miro a todas. —Eh… chicas—La rubia señalo hacia sus espaldas haciéndolas voltear, alguien las había visto. —Mierda, jodida mala suerte… la de él—La morena lanzo un shuriken atrapando al tipo contra la pared. —Tenemos que matarlo, lo sabes—La más alta miro a la líder sabiendo que a ella no le gustaba matar a personas inocentes. —Lo sé—Se colocó la máscara de nuevo y las demás también lo hicieron, acabando con la vida de aquel testigo. Las chicas regresaron a las azoteas huyendo del lugar rápidamente hasta que llegaron a la calle principal, donde se separaron, la rubia y la alta se fueron hacia el este y la morena y la líder hacia el oeste. —Nos vemos mañana en la universidad chicas—La más alta se despidió de ambas. Las dos chicas siguieron hasta llegar a casa de la morena. —Pasare mañana por ti ¿vale? A las 9:30, no te quedes dormida. —Claro que no—Sonrió la líder a su amiga. —Bien, estas advertida—Bromeo la morena entrando a su habitación por la ventana abierta. La líder finalmente llego a su habitación entrando por la ventana, no hizo ruidos para evitar que sus padres despertaran, y ya que estaba cansada solo se quitó la máscara y se dejó caer de rostro contra su cama. POV Alma. Mi nombre es Kim Alma, durante el día soy una chica normal pero en secreto soy una asesina a sangre fría, desde los 15 años me he visto obligada a hacerlo, un año antes la compañía de mi padre estaba en quiebra así que pidió un préstamo a Kim Young Woon pero no pudo saldar la deuda; Karmelo, como lo llaman, sabía que mi padre me había estado enseñando el arte del ninjutsu y a cambio de hacerme sufrir con un año de entrenamiento el olvidaría la deuda, yo acepte por el bien de todos pero Karmelo me ofreció una oferta; si yo me unía a su grupo él se encargaría de todas las cuentas de mi padre y de mis estudios además de que nos pagaría por cada trabajo, pero si aceptaba no podría salir jamás y tenía que ser un secreto o mis padres morirían, sin pensarlo acepte. Después entro Yulissa mi mejor amiga y vecina, posteriormente llegaron las demás y nos volvimos buenas amigas ya que estudiábamos en el mismo instituto. —¡Alma!—Un golpe en la puerta me despertó—levántate ya, Yulissa vino a recogerte y está esperando en la puerta—Mi madre siempre tan enérgica como siempre al gritar. —Ah ya voy mamá, solo dame un minuto—Me senté a la orilla de mi cama tallando mis ojos, ¿a que vino Yul? —Por lo menos abre la puerta Alma, quiero verte hoy que finalmente estarás lista para la universidad. —Bien—Camine hasta la puerta aun adormilada, tome el pomo de la puerta y lo gire, entonces me di cuenta que tenía el uniforme puesto, así que solo entreabrí la puerta permitiéndole ver mi rostro. —¿Sucede algo Alma? —No mamá, solo déjame dormir. —Está bien, pero es tu responsabilidad si pierdes el horario de inscripciones. —Mierda, ¿Cómo se me pudo olvidar?—Me golpee la frente. —Te espero abajo hija. —Claro—Me deshice de mi uniforme lanzándolo a mi cama y quedando solo en ropa interior. —Bien—Finalizo mamá. —¿Qué debo usar?—Abrí mi armario mirando todo la ropa que tenía pero nada me parecía adecuado, yo quería causar una buena impresión la primera vez que me vieran los demás chicos que asistieran al instituto—Ya sé que usare—Tome una minifalda negra, una blusa roja y unas botas altas con tacón delgado, me maquille un poco, y cepille mi cabello, tome mi celular y escondí mi uniforme antes de bajar. —¿Qué te dije Alma?—Me reprocho Yulissa sentada en el sofá de la sala de estar—Pero por eso llegue media hora antes, así que no te preocupes que aún tenemos tiempo. —No podía esperar menos de ti Yul—La abrace. —¿Ya desayunaste Yulissa?—Pregunto mi madre. —Eh… aun no señora, pero no se moleste. —No seas modesta Yul, desayunemos juntas, papá ya se fue a trabajar y no desayunare sola—La tome de ambas manos dando pequeños saltos. —Bien Alma vamos a desayunar, igual tenía hambre—Me di la vuelta y ella me abrazo por el cuello haciendo peso para que yo la llevara a la mesa. —Ya Yul, vamos a desayunar para irnos. —De acuerdo mi pequeña amiga. Las dos nos sentamos, nos servimos una taza de café y tomamos una porción de pan de naranja cubierto de chocolate que mamá había preparado y un tazón de fresas con crema y azúcar para terminar. —Bueno, mamá, muchas gracias, ya nos tenemos que ir—Me puse de pie recogiendo los platos que Yul y yo habíamos usado y llevándolos al lavavajillas. —Está bien hija, cuídense—Me abrazo y beso mi mejilla. —Muchas gracias por todo señora—Agradeció Yul cuando salíamos de mi casa. —Me tuve que levantar más temprano por ti Alma. —Lo sé, pero ya te agradecí, además fue porque no pude dormir bien, todo por estar pensando en ese inocente hombre. —Ah—Suspiró Yul—Escucha Alma, a ninguna de las cuatro nos gusta hacer esto, de matar personas, claro que se lo merece por lo que nos informa Karmelo, pero aun así es difícil, recuerda que todas lo hacemos por obligación, no por gusto. —Sí, eso lo sé, pero ustedes se han acostumbrado ya. —Tenemos que, y tu tendrías que hacerlo también porque eres nuestra líder. —Agache la mirada pensando—Tienes razón Yul, esto es por nuestras familias. —Claro pequeña, siempre ten en cuenta eso. —Gracias, eres increíble amiga. —Lo sé, pero no me gusta presumir. —Y parece que alguien quiere causar una buena impresión o por lo menos provocar uno que otro infarto ó ¿me equivoco?—La mire detalladamente de pies a cabeza, un diminuto y ajustado short de mezclilla negro, un sujetador deportivo gris y una chaqueta blanca de hombre, que por cierto le quedaba grande y unos tenis bota blancos con tacón era lo que usaba. —¿Porque lo dices?—Se miró a sí misma. —No por nada. —Yo siempre me visto así Alma. —Sí, pero no sueles mostrar tanto tu cuerpo…—Pensé por un momento—Bueno… tu siempre presumes tus piernas torneadas y tus increíbles abdominales como Hilda, pero nunca usas tacones—Señale a sus pies. —Bueno solo quiero ver la reacción de los chicos al verme—Guiño el ojo—Y de las chicas también. —Eres toda una picara Kwon Yulissa. —jaja—Ella rio—Lo somos las dos, tu no sueles mostrar tus piernas a no ser que estés usando vestido. —Como siempre digo, no se te escapa nada—Reí nerviosa—Me atrapaste. —Vamos, Hilda, Nicki y Susana dijeron que nos verían allá y ya sabes que Nicki se pone neurótica si la hacen esperar. —Sí, no me lo recuerdes. Ambas continuamos caminando hasta la escuela, la ventaja que teníamos era que todas vivíamos en la misma calle, la avenida principal y sobre ella también está la escuela, Susana, Nicki y Hilda viven del lado Este y Yul y yo del lado Oeste, solo caminamos en línea recta por unas cuantas cuadras más.   —Hasta que se les ocurre aparecer—Susana nos dio una mirada de “me decepcionan chicas” mientras negaba con la cabeza y los brazos cruzados. —Oye llegamos 5 minutos tarde nada más. —¿5 minutos? Claro, lo que digas enana, pero entonces dime ¡¿porque son las 10:20!? —Oh, creo que nos demoramos demasiado jugando con el cachorro en el parque Yul. —No me digas—Uso su tan familiar sarcasmo—Te pregunte que cuanto faltaba y me dijiste que 15 minutos. —Sí creo que en realidad quería decir 5 minutos, pero me dio flojera sacar mi celular para verificar. —Bueno ya estamos aquí, hay que inscribirnos Susana—Ella estaba lanzando un shuriken hacia arriba atrapándolo para después volverlo a lanzar—Dame eso—Yul lo tomo en el aire—Nadie tiene que saber lo que somos. —Solo estaba jugando—Se excusó. —Espera, ¿Y Hilda y Nicki?—Pregunte al no verlas. —¿Tu qué crees?—Contesto Susana volteando los ojos molesta—Como tardaron tanto Nicki se enfadó, así que Hilda tuvo que llevar a su novia por un helado para tranquilizarla—Señalo con su pulgar hacia atrás donde estaba la heladería. —Ya veo—Susana nos abrazó a ambas por los hombros. —Si de hecho ahí vienen—Nos indicó con su dedo índice—Y Nicki se ve molesta, muy molesta de hecho—Las miramos y era cierto, Nicki caminaba directo hacia nosotras con una mirada de odio. —¡Yulissa!, ¡Alma! Volvieron a llegar tarde, ¿saben lo que las hemos esperado?—Se detuvo frente a nosotras mirándonos muy irritada y alzando su mano para abofetearnos. —Está bien tranquila Nicki, no volverá a pasar—Ambas nos cubrimos y cerramos los ojos para que nos golpeara pero no lo hizo. —Bien, entonces que no vuelva a pasar—Dijo con una sonrisa. —ah—Suspiramos aliviadas—Gracias, que bien que no te enfadaste. —¿Quién dice que no me enfade?—Tomo los dos helados y nos los embarro en el rostro a ambas. —Gracias Nicki, nos lo merecíamos—Relamí mis labios limpiando el helado—Vainilla ¿eh? Delicioso. —Por lo menos no nos golpeaste—Yul se limpiaba usando sus manos hasta que Susana le dio un coscorrón haciendo que se sobara, para después hacer lo mismo conmigo. —¿Por qué hiciste eso?—Le pregunte mientras sobaba mi cabeza. —Porque uno de los helados que Nicki traía era mío y me costó mucho, asesinaron a mi pequeño—Se acercó a mí y lamio mi mejilla haciéndome sentir un escalofrió por lo extraño que eso era, así que la empuje alejándola de mí. —¡Aj!, ¡qué asco!—Me limpie con la mano donde ella me había lamido—No hagas eso Susana. —Tenía que probarlo por lo menos. —Bien ya lo hiciste, no lo hagas conmigo—Yul se alejó de ella rápidamente. —Ten Yul—Saque dos pañuelos y le entregue uno a Yulissa para que se limpiara el rostro. —Gracias—Lo tomo. —Jajaja—Hilda estaba hincada sobre su pierna derecha riendo a carcajadas y tomándose el estómago. —¿De qué te ríes Hilda?—Pregunto Yul enojada. —Pues debieron de haberse visto con el helado en sus rostros—Tomo el aire que le faltab por estar riendo—y además de todo, que le tienen miedo a mi linda novia, ¿no es verdad mi amor?—Abrazo a Nicki por la cintura y se besaron. —No es muy gracioso sabes. —Para mí lo es. —Y para mí también—Dijo Susana comiendo un helado. —¿De dónde sacaste eso?—Yul y yo la miramos extrañadas. —Hilda me lo regalo, mmmm—Cerro los ojos sonriente—Esta delicioso—Voltee a mirar a Hilda. —¿Qué?, ¿Tengo monos en la cara?—Me sorprendi al verla con un helado en sus manos. —No nada—Conteste y me dirigí a Yul—Pero si Hilda tiene un helado también—Señale a Hilda que también estaba comiendo su helado. —Jum—Yul se tomó la barbilla pensando—Sí que son raras ellas. —Bueno, ya entremos de una vez por todas o enserio no podremos inscribirnos—Volteamos a mirar a Susana de nuevo y el helado había desaparecido mientras ella solo se chupaba los dedos alegre. —Definitivamente son raras—Apoye a Yul—Pero es cierto, hagámoslo. Las cinco entramos a la institución con nuestros bolsos en donde llevábamos todos nuestros papeles para la inscripción, afortunadamente la fila para entrar no era muy larga, pero en verdad era una universidad increíble, ya quería entrar a clases, aunque para muchos es irónico y deben de odiar la escuela, pero yo no, a mí me gusta divertirme en ella. La fila continuo avanzando hasta que llego mi turno, yo era la primera de las 5. —Buenos días señorita— saludo la recepcionista de documentos. —Buenos dias —Aquí están mis papeles—Le entregue todo lo necesario para el trámite. —¿Eres Kim Alma?, Hija del dueño de la compañía K&K ¿Cierto?—Elevo su tono de voz incrédula. —Sí, pero baje la voz por favor, no me gusta que la gente me hable solo por ello. —Todos lo sabrán de todas formas, pero en fin si así lo quieres… será un placer tenerte en el instituto. —Gracias—Me devolvió algunos papeles que había revisado y Salí de la fila—Las veré afuera chicas—Les dije a las cuatro saliendo de la universidad. —Claro Alma—Contesto Yul mientras entregaba ella sus papeles. Al cabo de un rato todas las chicas habían entregado sus papeles y todas salieron encontrándose las unas a las otras para ir juntas a la cafetería de la esquina. —Te toca ir a comprar mi amor—Hilda beso a Nicki sonriente. —Lo sé, bueno chicas que quieren. —Trae cinco cafés americanos, diez muffins, un plato de hot cakes y dos cuernitos. —Wow—Yul alzo una ceja extrañada—¿Nos invitaras esta vez Susana? —No, eso es solo para mí—dijo asombrándonos. —Claro que no Susana, la última vez tuvimos que prestarte dinero para pagar todo lo que comiste. —Bueno, déjame ser ¿no enana? —Ah, Nicki a mi tráeme un cappuccino y un emparedado, a Yulissa una ¿ensalada?—La mire a los ojos y asintió. —Sí y un Corretto por favor. —A Susana solo tráele su café americano y sus hot cakes. —Ok—Le dimos el dinero a Nicki—¿Y a ti mi amor? —Una ensalada, una gelatina y un jugo de melón—Hilda le sonrió dándole bastante dinero—Cómprate lo que quieras con lo demás. —Bien enseguida vuelvo—Nicki se encamino hasta la barra para comprar. —Bueno, y ¿No te ha llamado Karmelo?—Pregunto Hilda—Anoche se escuchaba muy molesto. —No, no lo ha hecho, pero ya aprendí la lección—Reí como boba. —Ya era hora, ya te había regañado varias veces. —Silencio, ya viene Nicki—Yul nos alertó y actuamos normales. —Aquí esta lo que pidieron—Nicki coloco la bandeja en la mesa y cada quien tomo lo suyo—¿Chicas, ya habían escuchado esto?—Nos mostró el diario de hoy mientras almorzábamos—Asesinaron a un ejecutivo de la SM, Jung Yun Ho y un bar tender cerca del lugar, ambos tenían el cuello roto—Casi escupía el café al oír eso. —¿Era un ejecutivo de la SM?—Pregunte extrañada. —Eso dice aquí, además con este ya son 13 los asesinatos en la localidad, esto sí que me empieza a preocupar. —Descuida amor, mientras yo esté aquí, nadie te va a hacer daño, es una promesa—Hilda la abrazo cariñosamente y Nicki sonrió. —En fin, chicas les quería preguntar; ¿el viernes podrían ir a mi casa en la noche?, para platicar un poco, una noche solo de chicas, como una pijamada—Todas nos miramos pensando. —Bien, ¿Por qué no?—Asentimos aceptando.

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