Capítulo uno: Inaceptable

2151 Words
Fue un día como cualquier otro el momento en que todo comenzó a ir en picado, está más claro que el agua el recuerdo de su mente, esa mañana, en que su camino fue sellado por los requerimientos de su dulce familia, la dulce familia a la que se esforzo por complacer toda su vida.  Ly proveniente de una glamurosa familia que se ha mantenido durante décadas en la cima del más alto estándar cuya familia maneja una amplia cadena hotelera, no estuvo satisfecha al escuchar la carrera en la que su hija planeaba ganarse la vida, su preciada y unica hija no podía escoger algo así. —¿Como es posible? —Esa mañana la madre estallo furiosa y comenzo a reprender a su hija—¿De todas las carreras que existen en el mundo, tenías que elegir esa precisamente?—su tono de voz estaba lleno de enojo, y Ly no comprendía la razón de esto. Ni la madre, ni el padre estuvieron contentos al oír la carrera que su joven hija planeaba estudiar, para su alto estatus sería una enorme perdida, la hija de una gran familia rebajándose a hacer un trabajo como ese. — No estoy de acuerdo—la dura voz de su padre resonó por toda la sala, era inaceptable que su preciada hija escogiera ese trabajo—NO es NO—sentenció con dureza una vez más. Medicina, esa es una buena carrera Ly—respondió enseguida la madre, sonrió cálidamente al imaginarse a su pequeño orgullo vestida totalmente de blanco—Necesitaras prepararte adecuadamente, no es nada sencillo ser un médico, cariño. —Per...—Quiso replicarles, sin embargo se tragó sus palabras al haber visto el rostro rojo de su padre, el hombre que siempre la animaba a seguir sus metas y le brindaba apoyo incondicional. Lo supo en el momento en que lo vio, él no planeaba ayudarla. Mordió su labio inferior llena de coraje, un coraje que lo único que podía hacer en ese instante era tragárselo, pelear no servía de nada, después de todo, si les llevaba la contraria sus mismos padres se encargarían de cerrarle las puertas en todos lados con solo una palabra, ellos eran capaces de todo, incluso en los negocios ellos siempre tenían las últimas palabras. Su palabra era absoluta. ¿Como podría ganarles? Ella no era nadie sin ellos. —Está bien, lo haré—grito dándose la vuelta de mala gana y subió corriendo a la habitación sin prestarle la más mínima atención a las palabras de su padre, esas que decía en voz alta. Ya que en ese momento era mejor hacer oidos sordos a todo. ... Luego de aquel día, se la paso encerrada leyendo libro tras libro, todo para poder aprobar el examen en la universidad. Aun estando enojada decidió seguir adelante, en medio de su lectura una gran idea llego a su cabeza. —Puedo hacer ambas—el simple hecho de que podía terminar las dos carreras le trajo alegría, la idea en si era descabellada, sin embargo su mente grito "tú puedes". Ambos padres desde niña la consideraron un genio y ella misma comenzó a verlo del mismo modo, no necesitaba leer tanto para poder recordar con exactitud las cosas, teniendo ese beneficio y aun si llevar ambas carreras fueran cansadas, Ly estaba segura de que lo iba a lograr. Trabajaría a escondidas, escribiría bajo otro nombre, uno en el que sus padres no pudiesen sospechar que les había engañado, uno en el mundo no la conociera por su simple "apellido" sino por lo que podía ofrecerles a través de otros mundos, podría sonar como una tonteria y sin embargo para Ly no era una estupidez, era un sueño, su sueño.  ... Ly en verdad amaba escribir, si pudiera comparar lo que sentía al trazar sus emociones sobre una hoja, un cuaderno o incluso en una computadora con alguna otra cosa, simplemente no tenía comparación, escribir se volvió su pasión, pero más que eso su vida, no sabe como, pero escribir era su todo. Era su refugió. El refugió que busco cuando a él no lo encontró. Lo único que le quedo de más de 2 años de relación. Recuerdos y tristezas que tuvieron que esconderse en el interior de un cajón por temor a mostrar un rastro de debilidad. Y que más tarde se convirtió en una enfermedad, en silenció lo mantuvo, nunca fue capaz de poder sentarse frente a sus padres y compartir lo que en ese momento estaba sintiendo, no fue por un chico, fue por todo el peso en que en ese entonces estaba cargando detrás de su espalda mientras le sonría a todo el mundo diciendo "Estoy bien". Fue un salvavidas el expresarse, el poder poner en cada palabra una parte de sí misma. Lo primero no fueron historias, fueron versos, palabras que rimaban una con una y le daban consuelo, porque después de haberlas escrito sentía un peso menos en su pecho junto a un alivio inimaginable. ... Después de unas semanas de estar preparándose todo fue muy sencillo, el examen complicado para el que bastante gente aplico fue pan comido para Ly, quien siempre había sido considerada una genio, ninguno de sus padres dudaba o estaban ansiosos por los resultados, ellos estaban más que seguros que su preciada hija aprobaría sin ningún problema.  Al paso de una semana los resultados salieron y no fue sorpresa que aprobara, la madre entusiasmada compartió la noticia con sus mejores amigas, su padre estuvo satisfecho con los resultados, era lo minimo que esperaban de Lynette. Era mejor que su hija hiciera algo de provecho y pudiera tener un buen porvenir a que estuviera en graves problemas debido al poco sustento que ganaba. —Ser escritor, no te da comer—le murmuro al oído a su pequeña—recuérdalo Ly, quizás en este momento no lo entiendas, pero más adelante estoy convencido que me entenderás y agradecerás que no hayamos permitido seguir ese camino. Ly soltó un pequeño suspiro, sonrió mirando a los ojos a su padre—Lo entiendo, muchas gracias—le agradeció sin dejar de mirarlo, aunque realmente no lo hacía.  Ella estaba segura de que cualquier cosa era buena y todo dependía del esfuerzo que le pusieras a las cosas, hacia años su familia no tenía mucho, su tatarabuelo comenzó desde lo más bajo, los esfuerzos que puso en el negocio le hicieron ganar billones de dólares, si ella se esforzaba seguro podría lograr algo similar, podría ser que no tanto como lo que ganaba su familia, pero podría ser lo suficiente para vivir bien, además eso era lo que ella amaba. Podía pasar horas y horas imaginando diversas historias, viajando por su propia mente en distintas épocas y no le resultaba aburrido o tedioso el hacerlo, al contrario, le encantaba convertirse en alguien distinto con una personalidad diferente cada vez que lo hacía. ... *En la actualidad* Ly no se convirtió en el tipo de escritora que quería además ella tampoco es el tipo de escritora que sus propios lectores imaginan, no es demasiado animada, tímida o emocional como en sus obras, al contrario, es tan seria al punto de aparecer un poco amargada, tan atrevida como la vida le ha enseñado, soñadora como cualquiera, pero sobre todo con problemas al igual que quienes leen sus obras. Busca escaparse de la realidad, busca un lugar al que pertenecer, un sitio solo para ella. por eso inició. No se considera escritora, aunque para sus lectores lo es, ya que no escribe todo el tiempo, escribe cuando desea huir de sus responsabilidades, de sus problemas, de su pasado, es decir, cuando todo lo que ha guardado la rebasa por completo al punto que siente que no puede más.  Escribir para Ly es una escapatoria, un refugió Al inicio solo buscaba eso, ahora solamente busca complacerlos, mostrarles el mundo que su mente puede imaginar con al cerrar los ojos y dejarse llevar. Incluso ahora está sentada frente a la vieja computadora como siempre suele pasar los días enteros sin perder el tiempo, unas veces debido a la universidad y otras ocasiones como lo es esta por su nueva obra. —Es tarde—chillo su compañera sentándose a su lado, la abrazo mientras echaba un vistazo a la computadora y leía los pocos versos que apenas había colocado ésta—Es difícil ¿Cierto? Nunca has escrito algo asi. Un largo suspiro escapo de sus labios en modo de resignación. Después de haber escogido vivir una doble vida a escondidas de su padre, todo se volvió el doble de agotador. Su primera obra fue cursi y las demás no fue lo que muchos lectores esperaban de ella. —Más de lo que crees. —le costó admitir la verdad pero que más daba, apestaba en ello, era más fácil escribir romances “anticuados” como solían decir sus lectores. Su amiga y compañera paso sus brazos por los hombros de ella, envolviéndola en un cálido abrazo. —No tienes que complacerlos, escribe lo que quieres, si no les gusta que no lean—Inflo sus mejillas al separarse de ella. Francamente no puedo evitar reírse. —Si lo hago, iré a la quiebra de seguro—tallo sus ojos y regreso la vista a la pantalla de la computadora, cada que dudaba acerca de sus palabras rascaba con nerviosismo un costado de su frente.  El ingreso de los libros le ayudaba, de este modo se sentía un tanto útil en casa mientras que al mismo tiempo le permitía un poco más de libertad, cuando sus padres escucharon que quería mudarse pegaron el grito en el cielo sin embargo el que hubiera cedido a la carrera que ellos escogieron hizo que terminaran aceptando. Cuando la frustración le invade, hace lo de siempre, guardarlo en un cajón bajo mil candados de ser necesario, sin permitir que alguien vea a través de su fachada. —Deberías solo ser tú misma. ¿sabes? —le mira seria Jess y toma el valor para hablar—aun no entiendo porque escribís ridículas historias de romance. Disculpa mis palabras, sin embargo, eso es lo que son, no eres para nada una persona romántica. ¿Por qué escribís eso entonces? —en cuanto lo menciona aparta la mirada con preocupación, siente que la que ha herido con sus palabras sin querer, ella en verdad no quería decirlo de tal modo—Jamás té has enamorado. ¿cómo podéis escribir de eso, pero no esto? —dice señalando la computadora. Ese “Jamás” si existe para ella, fue hace un tiempo y que no lo hubiera mencionado no quería decir que no lo hubiese sentido. Observa a su compañera en silencio durante unos segundos, segundos que parecen horas. —Si lo he sentido, talvez no me haya vuelto a enamorar, pero, no quiere decir que no quiera tener una de esas historias cursis—juega con unos mechones de su cabello intentando ocultar su nerviosismo, su amiga con la mirada literalmente le dice “¿y entonces que esperas?” —sin embargo, seamos honestas, eso no existe, en la realidad no puedes tener nada de lo que ves aquí—señala su primera obra. “Mi primer y último beso” Aquel libro resguardaba todo lo que un día anhelo tanto aquello que deseo, realmente una vez fue como cualquier chica, inocente, pura y por supuesto con una gran esperanza en el amor, sin embargo, eso llego a su fin demasiado pronto. Soy realista, Jess—dijo dirigiéndose hacia la computadora mientras para apagarla—en mis historias vivo el romance perfecto que quiero sin tener que traerlo al mundo real y eso es más que suficiente, al menos por ahora. Su amiga le mira apagar la computadora en silencio, luego de un rato ambas se dirigen a su dormitorio sin mencionar ningún solo comentario. Jess solo podía pensar “Entonces, sin amor. ¿Estáis bien?, pero ¿realmente es así?” y antes de llegar a su cuarto miro atrás, sin poder contenerse lanzo la pregunta, “¿Quién te hizo así?”, en su mente, aunque en verdad deseaba tener el valor para cuestionárselo, eso era algo que no podía preguntarle ya que ella tenía la costumbre de guardarse todo aquello que le dañaba. Mientras tanto la chica miraba el techo en su habitación, una vez ya en su cama divagaba sobre la razón por la que no podía escribir de ella, hablar de todo incluso ese antiguo amor y su actual yo. Por más que ponía un poco de su esencia y experiencia en los libros solo era una minúscula parte de sí misma, algo totalmente irrelevante. Aunque algunas personas deciden olvidar, otras eligen conservar su dolor porque es lo que las hace sentirse fuertes y les dice que nada puede ser peor.
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