---- Mientras, en casa de los Ricci … - Hola… (al teléfono) - Bianca, ¿cómo estás? - Muy bien, ¿y tú? - Bien…¿ la viste? - Si, pasamos la tarde con ella y la traje a cenar a casa con Dante, aprovechando que Fabrizio tenía una cena de negocios… - ¿Y qué tal? - Pues no se… sigue con dudas… - Vale… ¿me pasas su dirección? - ¿Enloqueciste? Fabrizio me matará por esto… - No, iré a Roma. Se lo debo a tu hijo... solo asegúrate que él no se entere, por favor… ---- Esa noche me dormí más tranquila, quizás porque la tarde al lado de ese pequeño me había distraído la mente, quizás porque soñé con él y con ese dibujito primitivo que hizo… quizás porque soñé que cada una de esas rayas se hacían realidad y los tres paseábamos por la playa, tomados de las manos, disfrutando de nuestro amor.