En Parioli…
- Esa niña me gusta más que Daniela… (había sido el primer comentario de mi madre luego de que la dejamos en la oficina)… y al parecer a tu hijo también… (fue el segundo, tras solo recibir una sonrisa como respuesta).
Al llegar a la casa, ella se fue a acomodar las cosas del niño y yo me quedé jugando con mi hijo en la sala. Se quedaría por unos días conmigo hasta que Dante volviera con su madre en Nápoles y luego regresaría a su casa, junto con mi padre.
- Papi te extrañó, ¿sabes? (abrazándolo)
- ¡Te amo! (me abrazó)
- ¿A qué quieres jugar?
- Pelooo…
- ¿¿A la pelota, amor?? (acariciando sus mejillas y viendo cómo sonreía de esa manera que me tiene bobo desde que lo vi por primera vez)… ¿está en la mochila?
- Si… (sonriendo mientras acomodaba, según él, los puzles que h
