Mientras, en la Universidad… - Hola… (dije contestando el móvil mientras realizaba unas tareas de mi oficina) - ¿Señorita, Letizia? - Si, Felipe, ¿qué pasa? (al ver que era el conserje del edificio) - Disculpe la molestia, acaban de venir de la oficina postal. Le ha llegado un paquete certificado de su casa en Bari… - ¡Perfecto! (feliz de que por fin algo bueno me sucedía) - Pero verá… al no estar usted y como traía un papel de revisión, no lo han dejado. Y debe ir a retirarlo en la oficina del aeropuerto, porque traía un papel para firmar… - Vale, gracias por llamarme. Me dejé caer sobre la mesa, al borde del llanto. ¿Ese era definitivamente uno de esos días en los que no deberías levantarte porque absolutamente nada bueno te pasará? Era el colmo. - ¿Qué pasa, Leti? (preguntó mi