Mientras encendía el móvil, recordé cada una de las veces que Fabrizio me había dicho que me admiraba por ser tan luchadora como él… y me sentí culpable de tan siquiera pensar en dejar pasar la oportunidad. Estaba feliz, ¡¡quería contarles la novedad a todos!! Quizás podría hacer una reunión en casa e invitar a Alessia y Carlo, a Adriano y Antonella… ¡¡por dios!! Iba a trabajar en la empresa más importante del país, con uno de los grandes referentes que siempre había tenido. ¡Y más que eso! Iba a ser s mano derecha… ¡¡eso si que jamás estuvo en mis planes!! Pero antes que cualquiera, tenía que saberlo él…. El motor que todos estos meses me ayudó a seguir adelante con su comprensión, con su compañía, con sus ganas de verme crecer en esto que tanto me gusta… precisamente él, me había estad