Fabrizio Letizia había sufrido y mucho. No sabía exactamente qué había pasado con ese chico pero sentía que realmente había sido muy importante en su vida. Había tantos puntos en común entre ella y yo, que estaba convencido de que ese era el motivo por el que la vida la había puesto en mi camino. Teníamos muchas cosas que enseñarnos el uno al otro, que aprender el uno del otro. Sonreía mientras buscaba en mis cajones algo para que durmiera más cómoda… me daba ternura, me generaba confianza. Demasiada confianza. Tanta, como para abrirme de la manera que me abrí durante esa primera parte de la entrevista para la tesis. Tanta, como para sentir que cada vez, era más importante en mi vida. Tomé una camiseta azul lisa y fui hacia su habitación. Golpeé, y como nadie contestó, asomé mi cabeza.