- De qué te… (mientras abría la puerta)… ¡¡Fabrizio!! (sonriendo de repente, como cada vez que lo veía) - Hola… (algo sorprendido) - Hola, pasa… (saludándolo)… ¿qué pasa que traes esa cara? (al verlo algo distraído, mirando al suelo)… le.. ¿le paso algo a Dante? (comenzaba a asustarme) - No… ¡¡no!! (sonrió)… ya… (ahora si, sin dejar de mirarme) vengo de llevarlo al aeropuerto… se ha ido… - Ah… vale… (riéndose, mientras lo invitaba a sentarse) ¿de qué te ríes? - De que siempre acabas pensando en él y a mí ni me registras… (poniendo cara de puchero) - Yo… (suspiré y miré al suelo) no es así. Dime… ¿qué te pasa entonces que traes esa cara? - Nada, en realidad… no pensaba encontrarme con… ¿Qué hacía Daniela aquí? (confundido) - Nada, ella… vino a… - ¿Qué pasa? ¿Qué te dijo? (algo as