Nuevo año, nuevas metas… seguir avanzando en lo laboral y hacerla feliz. Habíamos vuelto a la rutina tras la gran celebración en casa del 31 de diciembre… yo a las reuniones y ella a sus clases… a sus prácticas en nuestra empresa, que por suerte o por desgracia, habían vuelto a ser más continuas, aunque por su etapa avanzada del curso, también la enviaban a las empresas de la competencia y eso me llenaba de celos…
Si, los celos habían vuelto, o mejor dicho.. Habían vuelto a despertar. No podía ocultarlo, cada vez que me comentaba que iba con la competencia, echaba fuego. Me ponía de mal humor, contestaba cualquier cosa…
- Ah… ¡qué bien! (desganado)
- Es genial, ¿no crees?
- Pfff si tú dices…
- Fabrizio, (tomando mi rostro entre sus manos)
- ¿Qué?
- ¿Por qué siempre que tengo que ir
