CONFUSIÓN
Cuando Elder y yo volvimos al colegio en la noche, me llevó hasta mi habitación.
—No quisiera dejarte —me dice.
—Me verás mañana. Además no he estudiado y creo que hay examen. —arrugué un poco la cara.
—Si quieres te puedo ayudar a estudiar por la noche —se acerca peligrosamente—Tengo ciertos métodos con los que recordarás las cosas muy fácilmente.
—Sé a lo que te refieres —lo detuve en seco— y estudiaré yo sola, necesito subir mis calificaciones.
—Amara...
—Elder...
Él ríe un poco.
—Nunca cambias —me besa tiernamente en los labios pero después se separa— te veré mañana.
Asentí, mirándolo irse por los pasillos del internado. Abrí la puerta de mi habitación y me adentré, Flavia estaba sentada frente al espejo. Ella estaba estudiando.
—Hola —la saludé, me habí
