Fleur
—Necesito un receso, Ragnar —me arrojé en el sofá sin poder más—, los pies me arden y creo que mi espalda se partirá en cuatro.
—Ya quisieras que te partan en cuatro —susurró apática, en tanto se dirigía a la cocina. Solo espero que no se refiera a lo que creo que es…
Ella volvió con un vaso de agua para mí y revisó de nuevo su computadora.
—¿Alguna novedad? —pregunté curiosa.
—¿Sobre qué?
—No dejas de revisar la pantalla cada cierto tiempo.
—Hay mucho trabajo pendiente y no puedo darme el lujo de tomar recesos, como otras personas.
—Discúlpame por cansarme —murmuré sarcástica, y más fastidiada que ella por la interminable odisea en la que me ha tenido desde hace horas cuando apareció—. No entiendo por qué te empeñas tanto en esto. Es decir, sé que quieres vengarte de Camille
