Alan —¿Me vas a decir lo que te ocurre o tendré que adivinarlo, cabrón? —espeto impaciente. Tengo rato intentando descifrar sus expresiones y la verdad, tengo mucho trabajo ahora como para estar aguantando sus payasadas. Sin embargo, me quedo mirándolo con una ceja alzada, mientras espero que organice sus ideas y se decida a hablar de una buena vez. —Yo… estoy completamente seguro ahora —dice con una sonrisa boba y expresión soñadora—. Muy seguro de lo que debo hacer, malnacido. —¿Y eso es? —lo animo a seguir. —Es que… —alza la mirada y sus ojos brillan como reflectores—, es que estoy enamorado de ti, ahora más que nunca. —¡¿QUÉ?! —exclamo perplejo y algo asustado. Doy un paso atrás al ver que se acerca lentamente a mí, con esa misma expresión que ponía cuando veía a su novia. Pare

