Peter Me alegra ver a Evan bien, aunque no puedo evitar recordar la expresión de Leilah al irse del bungaló. No soy precisamente su fan número uno, pero tampoco soy tan insensible y no puedo evitar sentirme un poco mal al ver lo mucho que sufre y encima, lo mucho que está haciendo sufrir a Evan, ambos tomando decisiones equivocadas en pos de sus propios egoísmos y miedos. —Ella se fue —hablo escuetamente sin mirarlo, con las manos metidas en los bolsillos de mi pantalón. —Lo sé —Evan deja la chaqueta sobre uno de los muebles de mimbre y no dice nada por unos segundos nada más—. ¿Por qué la llamaste a ella? Me encojo de hombros, fingiendo que no sé la razón y luego lo miro de manera seria, por el mal rato que me había hecho pasar. —¿Por qué no contestabas mis llamadas, Evan? —alzo u

