Evan No he podido dormir, y desde el último rechazo de Leilah, mis esperanzas han caído en un abismo de desesperación e incertidumbre, aunque sigo determinado a que me escuche y se dé cuenta que es inútil mantenernos lejos el uno del otro. Peter aún no ha vuelto de viaje y no he vuelto a beber alcohol, no quiero que Leilah adjudique nuevamente mi comportamiento a una borrachera, estoy consciente que enmendar mi error va a costarme muchas lágrimas y arrepentimiento, pero estoy dispuesto a pagar el precio. Llego a la universidad y la veo en la oficina de Thompson, hablando con la secretaria. Palidece al darse cuenta de mi presencia y trata de recomponer su gesto, huyendo de mí, como si fuera a dejarla escapar nuevamente. —Leilah —la llamo en voz alta, ganándome miradas de curiosidad.

