Una decisión difícil Todavía cerca del fuego, Don Marco permanecía pensativo. Hoy había recibido una noticia maravillosa, pero su felicidad se veía empañada por todos los descubrimientos que había hecho en Nueva York. Su encuentro con su hijo fue muy instructivo. Tan instructivo que ahora entendía mejor por qué había huido de Italia. También conocía la razón por la que había llevado consigo a su amante y a su hija, Celia. "No me fui por una simple historia de estafa, papá", le había dicho Rafael cuando el hombre le pedía la verdad, la verdadera, la que merecía escuchar para poder perdonarlo y partir tranquilo. "La noche en que el hijo de Caruso murió con su esposa, Mónica y yo, lo habíamos seguido... Nunca quisimos lo que pasó", comenzó a decir. "Intenté hablar con él esa noche. Le pedí