[LUKA]
Han pasado más de 20 minutos desde el momento que el doctor me ha dicho aquello que no quería escuchar. El mismo tiempo que llevo queriendo entrar a verla, pero aún no nos han dado el permiso. Estoy ansioso, sobre todo cuando veo a ese imbécil cerca de nosotros observándonos como un buitre el cual espera su momento para alimentarse de la tragedia de los demás.
—Ya pueden pasar a ver a la paciente —anuncia una enfermera y de inmediato me levanto de la silla con la única intención de ir a verla, pero él también se levanta para detenerse frente a mí y erguirse a modo de reto.
—¿Dónde crees que vas? —me cuestiona firme.
—¿Qué crees tú? —inquiero y él por alguna razón que desconozco, sonríe de forma triunfal.
—Tú no iras a ninguna parte, aunque no lo parezca, yo soy el esposo de A
