*3:45 am* Escucho vagamente mi nombre, me remuevo en la cama y los ojos me pesan. -¡Alexa! ¡Alexa ayúdame! Me levanto de inmediato al escuchar a Luisa gritar desde afuera y golpeando la puerta con demasiada insistencia, bajo las escaleras corriendo, necesitaba saber porque actuaba de esa forma. -¿Qué pasa Luisa? -Alexa, mi abuela esta muerta, ¡esta muerta! La manera tan desgarradora en la que me da la noticia me hela los huesos. -¿Qué? ¿Cómo? ¿Llamaste a los paramédicos? -Sí, están de camino, ¿Alexa que voy a hacer? mi abuela era como mi madre y me ha dejado sola. -Tranquila Luisa no pienses en eso ahora, todo va a estar bien. La luz roja y azul llenan la oscuridad de la calle, la sirena hace eco irrumpiendo el silencio ensordecedor que nos envuelve ahora. Es de esos silenc