Ahora entendía por qué esa mujer me trataba como si no fuera más que un estorbo, realmente lo pensaba y es que en cierta forma había sido yo quien se había metido en su relación sin saberlo. Para la doctora Bailey yo era la usurpadora que había tomado su lugar junto a Arthur y para variar tenía que soportarme.
Si me ponía en sus zapatos, la situación no era para nada agradable. Ver a Arthur en los brazos de otra para mí era algo impensable y era lo que le estaba pasando a esa mujer, debia estar sufriendo mucho, pero a pesar de que en cierta forma la comprendía, no debia sentir lástima por ella, yo también había sufrido mucho para tener a Arthur y no estaba dispuesta a perderlo por una estupidez.
—¿Aún sientes algo por ella?—quise saber por qué para Arthur ella aún debia significar mucho.
