Aun impactada, decidí volver a casa y descansar el resto del día. ¿Por qué? De pronto sentí que mi cuerpo pesaba más, no tanto porque de pronto estuviera más pesada con la noticia de mi embarazo gemelar, sino que era más bien una carga mental. De pasar a tener un bebé, ahora tendría dos. ¿Cómo lo haría estando sola? ¿Cuanto dinero necesitaría para el parto, la carreolas, las cunas, etc? Estaba bastante abrumada al salir de mi consulta con mi ginecóloga, pero de algún modo encontré la voluntad para volver a casa, pero mientras subía las escaleras hacia mi piso recibi una llamada y ver el nombre sobre la pantalla me sorprendió un poco: Tiffany. —¿Hola?—pregunte mientras buscaba las llaves de mi departamento en el interior de mi bolsa. —Hola, un gusto escucharte—escuche su voz del otro