El beso es lento, húmedo, con un sabor levemente a vino, y hasta cierto punto es caliente. Es el beso que esperé durante mucho tiempo y ahora que está sucediendo no sé si vaya a poder seguir con la cosa de solo amigos. Ella me encanta, me llena de paz, me enciende solo el hecho de pensar en ella de mil maneras. No puedo evitarlo. Cuando sus manos se entierran en mi cabello una sensación de placer me recorre por completo. La acerco más a mi cuerpo y ella gime en respuesta. Me alegra saber que no soy el único que siente cosas con este beso. —Caleb, alguien puede vernos. –dice sin despegar su frente de la mía. —Y de seguro va a morir de envidia. –respondo y ella ríe un poco. —Es mejor que nos vayamos, mi madre de seguro estará buscándonos. —Solo un rato más, me gustaría llevar