¿Cómo se huye del dolor? Esa es la pregunta que hace meses me vengo haciendo, pero a la que jamás le he encontrado respuesta. Hoy, aun sabiendo que la muerte de Raquel no fue del todo mi culpa, sigo recriminándome por lo que ha pasado y es que me condeno por no haber investigado más, por no insistir a que me contara de su pasado, «¿acaso no confiaba lo suficiente en mi para contarme todo aquello? ¿Qué clase de esposo he sido?» todas esas son preguntas que no dejo de hacerme. He tenido que huir de todos y venirme a este campo solo para intentar aclarar mi cabeza, pero ni siquiera con esta soledad lo consigo… me duele haber sido tan ajeno a los problemas que ella tenía y que de cierta manera arrastro hasta el desenlace que tuvo. Llorar pareciera ser la única solución, aunque en el fondo sé

