Dos días después: 19 de junio Regresar a Los Ángeles después de nuestra boda y corta luna de miel, es todo un reto, pero aquí estamos entrando a la casa de mis padres con una sonrisa tatuada en nuestros rostros —¡Papá!— Escucho la voz de Cristian y en cuestión de un abrir y cerrar de ojos, lo veo corriendo hacia mí. —¡Hijo, cuanto te extrañe!— Le digo feliz y a pesar de lo grande que esta, lo levanto en el aire —¿Cómo te has portado? ¿Le hiciste caso a tus abuelos?— Pregunto alborotando su cabello a pesar de sus quejas y risas. —Si papá, me porté bien, me fui a dormir temprano, e hice todo lo que los abuelos me pidieron— Contesta sonriente. Beso su cabello y con cuidado lo bajo al suelo —Ese es mi chico— Digo con orgullo y él de inmediato va a abrazar a Vega. —Hola guapo, así que te h

