Te amo. —Supongo que vas a pasar todo el vuelo sin hablarme. Miro fijamente mi iPad donde reviso algunos correos. Abordamos hace un par de horas y no nos hemos dirigido la palabra, ¿lo hago a conciencia? Por supuesto, se que eso lo exaspera. Siento su mirada sobre mí, dejo escapar el aire y levanto la vista, viéndole con indiferencia. —¿Desde cuándo eres tan hablador? Hasta donde sé no tenemos nada de qué hablar, ya hemos dejado todo claro en la obra y en el hotel—. Siento que podría hacer cualquier idiotez si me quedo por mucho tiempo con él. Me remuevo bajo su mirada y asiente. —Dime algo, ¿qué pedirías para poder tener una nueva oportunidad contigo? —Sus palabras me dejan en blanco—. Sé lo que quiero y eso eres tú, —continúa en tono serio y mirada serena. —No soy un hombre de pala