Me desperté con una resaca horrible, me dolía todo el cuerpo, como si me hubiera pasado un tráiler encima, miré a mi costado y ahí estaba Kang, no podía dejar de sentirme mal por él, Kang se había portado tan bien conmigo, en cambio yo, solo le causaba problemas. No había echo bien mi trabajo, no cuidé bien de él aquella noche y era hora de reparar todos mis errores. Busqué mi teléfono y no lo encontré por ningún lado, aún y con todo el dolor que sentía, me levanté de la cama y me metí a bañar para despertar completamente. Me vestí con prisa, y salí del departamento tratando de no hacer ruido, fui a casa de Narita, ella me abrazó apenas abrió la puerta y me examinó de pies a cabeza. —¿Qué haces aquí tan temprano?— Preguntó ella mientras me hacía pasar. —Necesito que me ayudes, perdí mi