Mis manos no dejaban de temblar ligeramente, mirarme en este hermoso vestido, me hacía sentir….incómoda.
El secretario Suk me había dado una bolsa con un vestido amarillo dentro, largo, con mangas cortas, de corte alto, no cabía duda que aquel vestido debía de valer mucho, era hermoso, pero no estaba segura de si me quedaba bien.
Me sujeté el cabello en una coleta y salí de la habitación, Kang estaba en la sala del departamento terminando de acomodar su camisa.
—¿Qué tal?—Pregunté un poco inquieta, no podía evitar sentirme nerviosa y cuando me sentía nerviosa me daban ganas de vomitar, así que sentía mi estómago revuelto y por tal motivo no había comido absolutamente nada desde que recibí la noticia de que iríamos a conocer a mis suegros.
El señor Kang me miró y asintió. —Te queda bien
