Ari. “Oh mi querido Punki, no sabes cuanto desearía ser tú justo ahora”. Punki lamia sus patas con elegancia mientras que yo me debatía en si ir a trabajar o no, Ju-Yeon me había ofrecido trabajo, pero no quise aceptarlo. Ahora lo estaba reconsiderando. Después de ver a Kang aquel día con su madre, tuve muchas ganas de arrodillarme y pedir perdón por solo sumarle más problemas, no me había llamado, no me había buscado y eso me lo merecía, si lo veía ahora, ¿Qué debía decirle?. Me alisté para ir al trabajo, había pedido el turno de noche. Al llegar a las oficinas eran alrededor de las 7, para mi suerte la mayoría se iba a las 6, aún así me había puesto un cubre bocas, me había quitado mis lentillas de contacto y me puse mis anteojos, estaba alerta todo el tiempo, como si en cualquier m