SILVANA —¿Cómo puede ser esto posible?—le espeté al Agente que estaba haciéndome el interrogatorio—no puede ser posible que él venga a acá a gritarme, me provoca y luego se va, ¿Cómo puedes permitir ese tipo de comportamientos en este lugar? De haber sabido que esto pasaría hubiera traído a mi propio abogado, así que si eso era todo me gustaría irme— el asintió y tomé mi bolso. JIMMY Al llegar a casa no quería ni siquiera entrar, no tenía ánimos en lo absoluto, sólo se podía escuchar los latidos de los perros en las casas vecinas y la fría noche, pero aún así mi madre estaba esperándome en la esquina del corredor sentada en una silla mecedora, llevaba un abrigo. Caminé lentamente hacia las escaleras principales, no quería verle a los ojos, pero el corazón de un hijo siempre se refugia e