SUSANA
—no puedo creer que en estos momentos nos estés dejando—mi hermana Sabrina estaba completamente enojada, según ella los estaba abandonando en el peor momento.
—Entiende que no puedo retrasar mis estudios, tengo la oportunidad que tanto quise y no quiero desaprovecharla—tomé las maletas, detrás venia Paul mi cuñado y mi madre.
—Lo se, pero eso no es excusa como para que nos dejes cuando más te necesitamos, Susana,—me detuve en seco al ver a mi madre destrozada, me sentía culpable, pero no podía quedarme en este lugar que solo dolor y tristeza traía a mi vida.
—¿mamá?—me paré frente a ella—¿no me vas a decir nada? Soy tu hija, créeme que no te quisiera dejar en esta circunstancia, pero no tengo otra opción, mamá,—sostuve sus manos y ni siquiera dirigió su mirada hacia mí— está bie
