DOMINIC Empiezo a llamarla y me cuesta un par de intentos fallidos antes de caer en cuenta que aún tengo su número bloqueado, y aprovechando la luz roja de un semáforo la desbloqueo y empiezo a llamarla una y otra vez mientras acelero por las concurridas calles, pero sin éxito, pues ella no contesta ninguna de mis llamadas, empiezo a entrar en pánico y a maldecir en voz alta a cada persona que se atreve a atravesarse en el camino o a manejar a una velocidad razonable. ¿Por qué carajos tuve que venirme hasta Londres? Estoy a dos horas de la casa de campo de mis padres, y aunque sé que es posible que Alice esté durmiendo o en el baño y por eso no conteste, hay algo que me dice que ella está en peligro, que realmente se encuentra en peligro esta vez y hundo el pie en el acelerador tan