DOMINIC
Durante mucho tiempo, la mayor parte de mi vida se podría decir, me rehúse a pedirle ayuda a otras personas para resolver mis problemas, siempre traté de ser lo más independientemente posible, ya fuera económica o emocionalmente, e incluso me negaba a recibir ayuda cuando me era ofrecida por personas allegadas; pero si algo me han enseñado los últimos meses de calvario es que a veces el apoyo de las personas cercanas es lo único que te queda y la última fibra a la que te aferras para no perder la cordura, hoy especialmente he sido testigo de lo mucho que una persona puede hacer para ayudar a un ser querido que está en problemas, y también me sorprendí por la cantidad abrumadora de gente dispuesta a ofrecer su ayuda, cuando siempre me consideré a mí mismo como una persona solita
