ALICE Decir que nuestra luna de miel se arruinó después de eso es quedarse corto, aunque ya estábamos en los últimos días antes de regresar de nuevo a casa, no fueron los últimos días que imaginé, pues no sólo Dominic se volvió insistente con todas sus preguntas, sino que esa insistencia sólo podía ser un claro indicador de que si le decía la verdad él trataría de irse con toda su fuerza en contra de mi hermano y probablemente ya no volvería a verme con los mismos ojos, sino que además de sus constantes preguntas, mi clara falta de voluntad para responderlas lo único que provocaron fue una serie de discusiones entre nosotros que no se detuvieron ni siquiera cuando regresamos a casa. Recuerdo perfectamente la expresión de su madre cuando nos recibió en la entrada de la casa con una