Dos años después... Carlos Fontaine. —Mañana viajo por unos días a Francia —informa mi madre en la mesa donde estamos almorzando entre los tres. —Volveré para el próximo fin de semana. Seguramente el sábado. —¿No dijiste que ya todo estaba solucionado allí, Madre? —cuestiona María con la ceja arqueada desde el otro lado. —Se supone que para eso habías contratado a esa asistente. Maravillosa asistente que dices que tienes. Para no hacer estos viajes constantemente. —Es cierto, Madre —interfiero de inmediato. —Hace dos años vives diciendo lo mismo. Vas por supuestamente unos días y vuelves en meses, cuando ya habíamos quedado, incluso antes de que María viniera, que vendrías a vivir aquí. Solo estas con nosotros un par de veces al año y solo el tiempo justo. —Y ni siquiera hemos usado l