Carlos Fontaine. Llegamos a la casa y como había imaginado Emma corre hasta su habitación y se encierra ahí toda la tarde. Prohíbo a María que la moleste por lo menos por ahora para darle tiempo a pensar en todo y que pueda decidir qué hacer. En el camino a casa estaba ensimismada nuevamente, y no emitió una sola palabra, lo que me tuvo el alma en un hilo. Sé que todo es mi culpa y que tomo las peores decisiones del mundo en la parte afectiva, pero esto me sobrepasó desde el principio y pienso que todo hubiese sido mucho más fácil si le contaba toda la verdad esa vez que la encontré en mi cuarto con la fotografía de Ana. Pero ahora ya es tarde. Muy tarde para solucionarlo. Me quedo en mi despacho por horas pensando en las posibilidades que me quedan con ella, que cada vez se reducen a