por favor- me súplica y solo miro al suelo. - Michel sabes que te amo- susurra ... -estoy tan aburrida de escuchar palabras vacías. - susurro- de que me ames por momentos y en otros me odies- suspiro. Agradezco tener lentes oscuros. Así no ve mi mirada dolida. No quiero que vea, como me afecta que estemos mal. No quiero que piense que mi mundo solo gira a su al rededor, aunque sea así. Trata de cercarse y retrocedo lo más que puedo hasta que quedó pegada a los garrotes. - no te me acerques- le digo con firmeza. su mirada de dolor se hace presente. Pero me duele más a mí que a él. Ya no puedo con esto. No puedo dejar que me pase por encima cada vez que quiere. - Michel no me rechaces - me exige. Siempre con exigencias como si él fuera el rey del mundo o dios. Que debe tener todo y todos a