León Era obvio que las consecuencias de mis actos se iban a notar después de un tiempo y no, afortunadamente el chiste de la gonorrea no fue lo que salió a la luz sino prácticamente mis citas misteriosas con chicas diferentes que hicieron que mi hermano Galán metiera su cuchara. Así podrían imaginar mi alegría cuando recibí una llamada de su asistente para que fuera a comer a su casa porque mi hermano “quería pasar un momento hermano-hermano”lo que yo traduzco a un sermón de la persona que quiere controlar mi vida y que prácticamente me convierta en una copia de él. Debo admitir que al principio pensé “no, que se joda” pero luego recordé que seguirá insistiendo así que opté por ir, aguantar la tarde y después regresar a mi casa y seguir viviendo mi vida. ―Muy bien León, sólo es un