PAIGE —¡¿Pero qué le ha pasado?! —chilla Jo por la mañana. He dormido fatal porque me he quedado toda la noche encogida en la silla de su habitación frente a la cuna para vigilarlo. Hoy se ha despertado triste, me da pena y no puedo dejar de abrazarlo y darle cariños, ni siquiera lo dejo en su silla de la mesa durante el desayuno. —Se puso a trepar o a abrir cajones en casa de Ashton y se tiró uno encima. Fue raro. Jo se encoge de hombros y prepara la cafetera. —Es la primera vez que se cae así, es normal. —No, es Ashton. Fue... muy raro verlo como estaba. —¿A qué te refieres? —A que... —me paro a pensarlo—. Parece un chico seguro, como si nada le diera miedo o como silo tuviera todo bajo control. Anoche era todo lo contrario. —¿Y? Que no he podido dejar de pensar en eso.