Todo era una locura. Desde que habían anunciado su compromiso, las cámaras no paraban de seguirlos, y apenas habían pasado tres días de aquella noticia. Martina se estaba sintiendo un poco incómoda porque, para los periodistas, ella parecía ser el accesorio del millonario. Los titulares eran “Javier Márquez se casa con una modelo italiana”, “Javier Márquez y su novia”, “Javier Márquez se compromete con una rubia extranjera”. ¿Acaso ella no tenía nombre? Eso le estaba molestando un poco, entendía que su novio era el conocido, pero también podrían decir Martina Rossi y no “modelo italiana, novia de…”. Llegó un punto en el que estaba empezando a creerse las especulaciones de la prensa, ¿realmente lo quería o solo estaba usando su nombre para hacerse conocida? —¿Estás bien? —le preguntó su