Me miré al espejo e hice una mueca al ver mi cuello. De reojo noté que Dominic me miraba desde la cama con una gran sonrisa en su rostro. Caminé hasta él y me acosté a su lado mirándolo serio. - No lo sentí – Fruncí el ceño - ¿Cuándo pasó? – Mi mano tocó la marca. Dominic seguía con una gran sonrisa en su rostro y en vez de contestarme se acercó a besarme. Me separé un poco de él y negué. - Dominic, lo van a notar – Su semblante cambió a uno serio. - ¿Qué importa si lo notan? – Su mano agarró mi cintura para acercarme a él – Eres mía Melissa – Rodé los ojos y asentí. - Pero nadie sabe que estás vivo, ¿cómo le explico a mis hijos que tengo una marca de lobo en el cuello? – Suspiró y miró al techo. - Quiero ver a los dos – Me miró e hizo