Zafir asintió con gratitud, apreciando la confianza de Raphael y la unión de su manada. Estaban listos para enfrentar lo que se avecinaba, no con temor, sino con determinación y un compromiso inquebrantable de proteger lo que más valoraban: su familia y su hogar. La lucha contra los misteriosos hechiceros estaba por comenzar, y Zafir estaba dispuesto a liderar el camino hacia la verdad. El bosque se sumía en una oscuridad impenetrable cuando Zafir se adentró aún más, dejando atrás a Raphael y el refugio de la oficina. A pesar de la falta de luz, Zafir confiaba en sus instintos de lobo para guiarlo. Su forma de lobo estaba preparada para la oscuridad de la noche, y su sentido del olfato y la audición se agudizaban con cada paso. Mientras avanzaba, reflexionaba sobre los acontecimientos re

