[ELÍAN]
Me tiene prisionero entre sus labios. Sus manos están en mi nuca, y las mías comienzan a viajar por todo su cuerpo mientras caminamos por su piso. — ¿Tu hermano? — Pregunto nervioso ya que se perfectamente que ellos vivían juntos.
— ¿Cómo puedes pensar en mi hermano ahora nene? — Me pregunta riéndose sobre mis labios.
—Es que vive aquí, ¿no? — Pregunto nervioso y sonríe.
—Ya no, ahora sígueme besando. — Me pide con desespero. Su lengua y la mía se reencuentran en medio de esta tormenta de besos, y nuestras manos van desvistiendo al otro a medida que vamos caminando hacia su habitación.
No queda más que su braga y mi bóxer entre su cuerpo y el mío. Su boca regresa a la mía y antes de darme tiempo para profundizar nuestro beso, ella se aparta y se agacha frente a mí. Me mira con
