Ya por la tarde, estoy recogiendo todo para salir cuando aparece Aston.
—¿Ya te vas? —me pregunta.
—Sí, necesito dejarme caer en la cama y dormir por horas —respondo.
—Que aburrida, la cama tiene muchas opciones mucho mejores que dormir —dice coqueto.
—Aston —lo recrimino—. Debes dejar de coquetear con todas las faldas que pasan frente a ti.
—Es imposible, eso debe estar en mis genes.
—No te confíes tanto del cariño de Marley, a ninguna mujer nos gusta ver coquetear a nuestra pareja con otras —le advierto.
—Nosotros no tenemos una relación, solo somos amigos con algunos beneficios y…
—No lo puedo creer —lo interrumpo—. Me dijiste que querías invitarla a la boda de tu hermana.
—Sí, ya la invité, pero le aclaré que es sin ningún compromiso, solo quiero que la pasemos bien —explica
