— Estaba esperando a que lo pidieras. — susurro con un deseo palpable. — he extrañado ver ese brillo en tus ojos desde hace algún tiempo, duermes profundamente, cariño. — suspiro. reí mirándolo a los ojos. — ¿Tus ojos siempre brillaron del mismo modo? — preguntó maravillado. — Me dejaste. — fue lo único que salió de mis labios, él me miró desconcertado, se alejo de mí llevándose el calor de su cuerpo junto con el mío. Camino hacía la ventana. ¿Me dejaría nuevamente por preguntar? No pensaba detenerlo nuevamente, apreté la mandíbula y los puños, pero sorpresivamente lo vi sentarse en el borde de la ventana, quedando justo frente a mí, me miró con un gesto triste y suspiro. — Si escuchaste todo lo que dije, entenderás. No lo hice por gusto, la muerte tenía planes para ti. — Azrael. —