Había hecho una promesa y debía cumplirla, volví al infierno donde no era bien recibida, a los demonios y demonias no les gustaba una mestiza, o híbrida como decía Lucifer, me hubiera gustado haber conocido a mis verdaderos padres para que me dijeran cómo fue que se enamoraron, como sucedió... ¿Cómo un ángel y un demonio lograron eso? Pues en el infierno solo escuchaba insultos hacia los angelicales, de los mismos demonios e incluso de varios caídos. — No les hagas caso, no es más que un odio infundado por aquellos mismos que un día fueron angeles y hoy residen en el infierno, extrañando la comodidad del cielo. — me dijo Lucifer deduciendo mis pensamientos. Desvíe mi mirada, pensativa. — No hay mucha diferencia entre el cielo y el infierno, Dios mismo me llama abominación, y sus ángele