Yo también hago lo mismo al pasar por el aeropuerto e ir por mi maleta es más fácil que entrar. Busco un taxi y le doy la dirección a la que quiero ir, sé que ese imbécil debe estar trabajando, así que es mejor, ya que no quiero romperle la cara a golpes.
Al llegar, me quedo viendo la mansión, se ve un poco solitaria. Bajo del taxi y veo a una mujer con uniforme de empleada barriendo la entrada de la mansión de al lado.
—Buenos días, señorita, ¿sabe si las personas de la mansión de al lado aún viven ahí?
—¿Quién es usted?
—Soy hermano de Sarah.
—¡Qué bueno que esa pobre chica tiene un hermano!
—¿Por qué lo dice?
—Hace unos días mi jefa y yo escuchamos cómo ese hombre la golpeaba.
—¡¿Qué dice?!
—Mi jefa llamó a la policía y la chica lo negó, dijo que el moretón en su ojo fue porque
