Después de cenar Matthew estaba tan extraño, bueno, es más como inquieto y nervioso, me pidió rápidamente venir a la habitación y ahora la nerviosa soy yo. ¡Por Dios, tengo 30 años y estoy nerviosa como si fuera mi primera vez! Es por perder la memoria, ¿y sí no se que hacer o como hacerlo? ¿Qué le gusta a Matthew? No, no debo sentirme así, es mejor que lo hable con Matthew. Al entrar tomados de las manos las luces se encienden, él me carga y me lleva a la terraza que deja ver una preciosa vista a la ciudad. Matthew coloca una pequeña cámara. —¿Por qué estás grabando, mi amor? —Para recordar el día más feliz de mi vida, Sarah. Me sienta a la orilla y lo veo arrodillarse mientras saca un precioso anillo. ¡No puedo creer que esto esta pasando! —Mi amor, Sarah, ¿aceptarías ser mi espos