Después de una semana volví a casa con mamá, Jenn y Matthew. Acordamos que Matthew volvería a la mansión para cuidarme, pero no se quiere despegar de mi. Me quiero levantar, pero no se como hace para darse cuenta y pedirme que no lo haga y que descanse. Me levanto con cuidado y voy a la puerta, abro y Matt entra. —¡Mi amor, por eso te di esa pequeña campana! Solo tienes que sacudirla y vendré corriendo, ¿tienes ambre, frío o tienes calor? —Matt, solo quiero salir afuera. —No, no puedes, podría enfermar. —¡Matthew Benjamin Pierre, quiero salir y ya estoy bien! Déjame ser libre como antes. —¿Entonces no me quieres? —Te amo, pero siento que me protejes mucho. —Está bien, pero déjame cargarte. —Está bien, pero podrías pasarme mi celular lo deje en la cama. —Está bien, mi amor. Apro