Esa misma mañana, después de que la hubieran llamado para asistir a una reunión de emergencia en la empresa, Isabella se arregló, se vistió y entonces salió directo a su empresa. Al llegar a la empresa, Isabella fue recibida por los guardias de seguridad y varios empleados en el primer piso, ella les devolvió el saludo con una pequeña sonrisa en su rostro. Estaba a punto de dirigirse al elevador para subir al piso dieciocho, donde estaba la sala de conferencias, cuando de repente Kennedy la llamó por su nombre. —Señorita Montoya. Isabella se dio la vuelta, dejando que otra sonrisa apareciera en sus labios. —Kennedy —saludó al asistente antes de preguntar— ¿Dónde es la reunión? —Sala de conferencias 2, piso dieciocho —respondió Kennedy, ofreciéndole el café que había conseguido par