El alivio en el rostro de Travis le dijo a Isabella todo lo que necesitaba saber. Él estaba realmente feliz, tan feliz que una sutil sonrisa se dibujó en sus labios, esto, a su vez, hizo que Isabella se preguntara internamente si su perdón valía más que millones. ¿Se sentía tan culpable por todo lo que había hecho? ¿A pesar de que no recordaba todo? ¿Era realmente el mismo Travis que de repente había comenzado a maltratarla? ¿O permanecería para siempre siendo este Travis, la versión de sí mismo de la que su yo más joven se había enamorado? Sacudiendo la cabeza, Isabella desechó ese pensamiento pues no necesitaba pensar en cosas así, al menos no ahora. —Ahora que hemos resuelto eso —comenzó Isabella —, sobre el contrato… —Llamaré a mis abogados —dijo Travis, sacando su teléfono y marc

